Autor/a

Pedro Carreño Fuentes

Coautor/es

Manuel Fernando Martín Torres (Agencia Desarrollo Local Ayuntamiento de Vallehermoso)

El turismo rural en Canarias, tal como ocurre en otras regiones del país sufre un proceso de adecuación a nuevos conceptos que respondan a las nuevas demandas. Hoy en día, con una mirada retrospectiva al momento de su puesta en práctica, se puede afirmar ha dejado de estar de moda para dar lugar a otro modo de ser entendido. Múltiples factores han incidido en éste cambio al que no ha sido ajeno la irrupción de nuevas tecnologías que han transformado los cauces de promoción y comunicación. La pregunta recae sobre los nuevos vectores de fuerza del turismo en el medio rural que contribuyan a una resignificación del mismo y a devolver unos atractivos reinterpretados y actualizados.

El turismo rural desarrollado en las islas, desde la demanda principalmente vinculado al mercado centroeuropeo, ha tenido siempre entre las motivaciones de los turistas una diversidad de intereses y una policromía de destinos insulares y comarcales. Desde temprano, este aspecto forzó una compleja necesidad de cooperación interempresarial e interasociativa que aún perdura. Desde el punto de vista de la oferta, los esfuerzos por la creación de una marca común, articulación de central de reservas y el desarrollo de una estrategia de promoción y comercialización conjunta han servido de referencias de operación.

Trazar el diagnóstico resultante del cambio operado e identificar los desafíos actuales son los objetivos de esta comunicación que concibe las Islas Canarias como una unidad de destino para una demanda que muestra las preferencias por unas vacaciones independientes, en espacios rurales de alto valor ambiental y en contacto con los entornos más genuinos de las islas.

Palabras clave: turismo rural, Canarias, asociacionismo, alojamientos rurales